Me duele el pesar de la noche,
que espera impaciente la llegada del día.
Me duele el suspiro triste,
que espera la llamada de un amor ausente.
Me duele el despiadado frío,
que espera al soberbio sol para que lo caliente.
Me duele la canción deprimida,
que espera que la escuche el inconciente.
Me duele la mirada triste,
que espera volver a ver eso que la hizo feliz.
Me duele el llanto inocente,
que espera formar un mar para hundirse.
Me duele el cansancio doliente,
que espera llegar a una cama y morirse.
Me duele la humilde lástima,
que espera poder llegar a ser indiferente.
Me duele tener que ser este simple ser,
que espera sanar el suplicio de no tenerte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario